[1] Aunque su comercialización comenzó a principios del siglo XX, su origen se encuentra en el Chile prehispánico, donde mapuches y pehuenches de la zona comenzaron a crear piezas con fines utilitarios.
En sus inicios, la alfarería fue utilizada como un método de subsistencia que permitía obtener alimentos a través del trueque o conchabar.
[4] No obstante, durante el siglo XX, tras la llegada del tren, se logró conectar a Quinchamalí con las grandes ciudades de Chillán y Concepción, lo que generó que aumentase la comercialización de las piezas.
[7] La greda en estado natural se suele obtener por tres vías: recolección, trueque o compra.
[8] Por su parte, la arena es un compuesto que también se obtiene por medio de recolección o trueque.
Ahora ya no es así, nadie lo hace, yo juntaba porotos para todo el invierno (...) nosotros le llamábamos conchabar y era cambiar legumbres por loza.
Si yo necesitaba trigo, iba a un lugar, decía qué necesitaba, me llenaban el tiesto, yo llevaba una bolsa y ahí me los tría y ellos se quedaban con la loza”.
“Mi mamá con el tiempo empezó a darse cuenta que ella tenía un don en sus manos y comenzó a practicar (...) yo soy mala para hacer figuritas y cositas así , entonces no tengo mucha habilidad en las manos”.