[2] Siendo un reconocido escritor uruguayo resultó extraño que ese artículo sobre Torrente y el Plan de operaciones de Moreno [que no se nombraba con ese título] no fuera conocido en Buenos Aires.
El presidente Gabriel Pereyra, por sus cualidades y relaciones con la Argentina, lo nombra cónsul general en Buenos Aires cargo que ocupa en abril de 1856.
En Buenos Aires retoma su actividad literaria en especial continuar la publicación de la Biblioteca Americana que había comenzado en París.
Un año más tarde el presidente Bernardo Berro lo designó Fiscal, por lo cual retornó nuevamente a Montevideo.
Cuando asumió como presidente Lorenzo Batlle, Magariños regresó a su país y fue nombrado ministro de Hacienda.