Alejandro IV Lăpușneanu
Sólo algunos territorios moldavos pasan a ser otomanos: en 1484 Besarabia, conocida como Budzhak, al norte del delta del Danubio; en 1538 la raya de Tighina (Bender) y, más tarde, desde 1713 la raya de Jotyn.[1] El personaje fue popularizado por la novela histórica de 1840 Alexandru Lăpuşneanul del escritor rumano Constantin Negruzzi.Alexandru Lăpușneanu era hijo ilegítimo del príncipe Bogdan III y la doamna Anastasia, nació probablemente en 1499 en Lăpușna.Esta política de amistad con Polonia le enemistaría con el emperador Fernando I, que intentaría por todos los medios derrocarle.Lăpușneanu no acudió, y en su lugar envía varias bolsas de dinero, con lo que satisface a la Sublime Puerta.En el momento en que su reinado se hallaba en una posición más estable, fue destronado por un griego de su corte, Jacob Herakeides, apodado el Déspota.Tras pagar una suma de 200.000 ducados a la Sublime Puerta obtiene la designación y el apoyo del sultán otomano.Tomșa, junto con su vornic Ion Moțoc, su postelnic Veveriță y el spătar Spanciog, son encarcelados en Buczacz en marzo de 1564 y es decapitado en Lwów por orden del rey polaco Segismundo II Augusto Jagellón.Las fuentes hablan de un glaucoma o tracoma, una enfermedad hereditaria sufrida tanto por su padre como por su hijo, Bogdan, aunque también se sospecha que fuese envenenado.Azarie solo explica que "en el cuarto año de su segundo reinado, Alejandro cayó en la enfermedad y la muerte".Con ella tuvo dos hijos legítimos, Bogdan y Ștefan (fallecido en Rusia más tarde de 1606).