Formó parte de la decoración del Camerino d’Alabastro de Alfonso I de Este, duque de Ferrara junto a obras de Tiziano y Giovanni Bellini.
[1] Sobre un fondo de nubes azuladas se representan cuatro figuras alegóricas.
A la izquierda hay un genio que lleva la antorcha de la inspiración a Vulcano, mientras da forma a las notas musicales en un yunque.
Los tres martillos dispersos en la escena aluden a los diferentes sonidos, obtenidos de acuerdo con su forma y tamaño.
En el centro está una mujer con el pecho descubierto, tal vez una alegoría de la música secular, que se apoya en la mesa con los cánones musicales.