Aleatoriedad

En física, se distingue entre una aleatoriedad teórica profunda (como la que podría existir en la física cuántica) y una aleatoriedad práctica (como en el lanzamiento de dados, donde, aunque el proceso es macroscópicamente determinista, el resultado es difícil de predecir).

La palabra aleatorio se usa coloquialmente para expresar una aparente carencia de propósito, causa u orden.

En la investigación científica, la aleatoriedad se estudia mediante la estadística y la teoría de la probabilidad.

En física, la mecánica estadística y la teoría del caos se han utilizado para construir modelos científicos de sistemas que exhiben un alto grado de imprevisibilidad y aleatoriedad aparente.

Esto significa que no se puede predecir con certeza el resultado exacto de cada experiencia particular.

Esta impredictibilidad se debe a la naturaleza caótica del lanzamiento, donde pequeñas variaciones en las condiciones iniciales (fuerza, ángulo, etc.) pueden producir resultados muy diferentes.

Esto contrasta con un experimento determinista, donde, conociendo todos los factores condicionantes, se puede predecir con exactitud el resultado.

La teoría del caos describe estos sistemas, donde, aunque los mecanismos físicos sean deterministas, pequeñas variaciones en las condiciones iniciales conducen a resultados muy diferentes.

Durante el siglo XX, surgieron nuevas ideas para modelar la aleatoriedad en datos del mundo real y en las matemáticas.

Para resolver esta dificultad, a veces se atribuye la causa de los eventos aleatorios al azar.

El manejo adecuado de la aleatoriedad es un desafío para la ciencia moderna, las matemáticas, la psicología y la filosofía.

Algunos teólogos han intentado resolver la aparente contradicción entre una deidad omnisciente y el libre albedrío recurriendo a la aleatoriedad.

Por lo tanto, para preservar el libre albedrío, se ha propuesto la aleatoriedad como un elemento intrínseco de la acción humana.

Los números aleatorios se investigaron inicialmente en el contexto de los juegos de azar, y muchos dispositivos aleatorios (como dados, cartas y ruletas) se desarrollaron originalmente para este propósito.

Los resultados a veces se recopilaban y distribuían como tablas de números aleatorios.

Por lo tanto, observar los resultados para aprender qué eventos podrían tener mayores probabilidades tiene sentido.

Puntos esparcidos aleatoriamente sobre un plano bidimensional. Los puntos más cercanos entre sí están resaltados en rojo.
Secuencia 2D pseudoaleatoria