Aldo van Eyck vivió en Londres desde 1919 hasta 1935, época en que su padre fue enviado allí como corresponsal periodístico.Pero él dio la espalda a la fe de sus padres desde niño y buscó sustituto en la cultura literaria.Nelly Estelle Benjamins había crecido sin que la religión tuviera demasiado peso en su vida y, aunque terminó su educación en Europa, su temperamento apenas había sido afectado por las convenciones burguesas del Viejo Mundo.Pieter Nicolaas van Eyck encontró en ella la base para el entendimiento entre vida y arte, ideas en las que trabajaba.[4] Tras haber terminado sus estudios en derecho, Pieter Nicolaas no deseaba acomodarse en la sociedad burguesa de su país.[5] Desde 1919 hasta 1935, la familia van Eyck vivió en Golders Green, un suburbio de Londres, época en que el padre fue enviado allí como corresponsal periodístico.[6] Aun así, Aldo Van Eyck visitaba periódicamente en La Haya a sus abuelos maternos, que serían como sus segundos padres.[8] Su madre tenía una mano especial para las plantas, sabía aportarles las condiciones naturales para su mejor desarrollo.Por eso Aldo van Eyck fue a un colegio diferente que estaba cerca del domicilio.Aquí Van Eyck descubrió su talento creativo y exploró sus diferentes formas de expresión, King Alfred School.Sus compañeros, mucho más jóvenes que él, carecían de interés en asuntos culturales.Los profesores eran autoritarios y su modo de llevar la clase era opuesto al que estaba acostumbrado.Van Eyck encontró en Zúrich una ciudad acogedora, inclinada a la democracia, de carácter tolerante y abierto.Se graduó en 1942, pero permaneció en Suiza hasta el final de la Segunda Guerra Mundial.[12] En Zúrich se interesó por el arte de vanguardia y la pareja Van Eyck conoció a Carola Giedion-Welcker, ilustre historiadora del arte perteneciente a la clase alta de Colonia menos convencional, esposa del historiador Sigfried Giedion.Tras licenciarse en 1944 su amigo y compañero de estudios Felix Schwarz, con el que compartía gran admiración por el estilo arquitectónico neerlandés Nieuwe Bouwen, unieron fuerzas para participar conjuntamente en un concurso internacional por primera vez, realizando un proyecto para un colegio.Se piensa que, de este modo, fue el primero que conscientemente concibió y puso en marcha un nuevo modelo de desarrollo en el urbanismo de posguerra, que en los años 60 se llamaría estrategia incremental, el cual buscaba acomodar las necesidades inmediatas del usuario, explotando las oportunidades ofrecidas por los emplazamientos inmediatamente disponibles.Su logro fue el de transformar emplazamientos del tejido urbano abandonados tras la guerra y darles un uso cotidiano para los niños.Para Van Eyck, la nieve era 'un gran truco de los cielos' que ofrece al niño júbilo y justicia.El arquitecto no dio detalles de cómo este nuevo sistema de diseño urbano debía ser, pero sí indicó que era importante que no fuera algo aislado, sino un patrón regular implantado en toda la ciudad.Finalmente, el diálogo «genuino», con intención de establecer una relación mutua viva entre «yo y tú».
Detalle de la pintura de Pieter Bruegel the Elder,
Kinderspelen
o 'juego de niños' 1560.