Aunque parece un anciano paternal, sabio y protector, en realidad el personaje tiene un plan ideado a lo largo de veinte años para destruir al tenebroso lord Voldemort —ambos personajes tienen un breve enfrentamiento en el libro Harry Potter y la Orden del Fénix—.
Tres años después, su hermano pequeño Aberforth entró en Hogwarts y no se relacionó con él, pues no tenía ni su inteligencia ni el poder mágico de su hermano mayor —como curiosidad respecto a esto, cuando Harry y sus amigos se examinan de sus TIMOs en Harry Potter y la Orden del Fénix, la examinadora Griselda Marchbanks ensalzó a Dumbledore como un mago al que vio hacer «cosas con la varita que jamás había visto».
Durante las vacaciones de Navidad el profesor Dumbledore le pregunta a Harry sobre sus repetidas visitas para ver el Espejo de Oesed, le explica que el espejo no muestra ni conocimiento ni verdad, sino que solo muestra los deseos más profundos del corazón de una persona, una visión que ha vuelto locos a algunos hombres.
Cuando Harry expresa su sorpresa ante esta decisión, el profesor Dumbledore le explica que para una mente bien organizada, la muerte es simplemente la siguiente gran aventura.
También le explica por qué el profesor Quirrell no podía tocar la piel de Harry sin sufrir un dolor insoportable.
Su idea era que los magos debían controlar a los muggles y si moría alguno de ellos sería «por el bien mayor».
En el funeral de Ariana, Aberforth se enfureció con Albus y le golpeó en la nariz, dándole aquella conocida fractura.
Tomando asuntos en sus manos, Dumbledore formó la Orden del Fénix, una organización que luchaba contra mortífagos, es decir, los seguidores de Voldemort.
Por eso, dejó al huérfano Harry en la casa de sus tíos, Vernon y Petunia Dursley.
Gracias al sacrificio de Lily Potter, Harry no pudo ser tocado por Voldemort el primer año.
Con la euforia de aquel hallazgo, Dumbledore olvidó las precauciones y, deseando ver de nuevo a sus padres y su hermana, se puso el anillo en su dedo, olvidando que el mismo era ahora un horrocrux, sufriendo la maldición que Voldemort había dispuesto para protegerlo.
El director, muy malherido, acudió rápidamente a Hogwarts, donde Snape fue capaz de contener la maldición, aunque sólo temporalmente.
Entonces, decide arreglar todos los detalles que ayudarían a Harry en la búsqueda de los Horrocruxes dejando pistas sobre los mismos y sobre las reliquias de la Muerte en algunos objetos que deja como herencia a Harry, Hermione y Ron.
Él es llamado al Ministerio de Magia por una carta falsa, enviada por Quirinus Quirrell, pues este quería obtener la Piedra.
En el resto de la novela, Lucius Malfoy hace que Dumbledore sea despedido como director.
Es notable destacar que en la versión cinematográfica Albus Dumbledore no usara magia, pues aunque en el libro sí conjura hechizos, en las dos primeras películas era interpretado por Richard Harris, quien por su edad no podía hacer un gran esfuerzo físico: en ocasiones, temblaba en las escenas, comenzó a manifestar su enfermedad y finalmente falleció.
Dumbledore aparece y descubre que Alastor Moody es en realidad Barty Crouch Junior, un mortífago.
Al comienzo del libro, Dumbledore ayuda a Harry para que no sea expulsado injustamente de Hogwarts, pero Harry se disgusta por el hecho de que el director no le habla, ni lo mira.
Umbridge prohíbe la enseñanza práctica, haciendo que Harry, Ron y Hermione formen el Ejército de Dumbledore con otros amigos.
Dumbledore pelea personalmente con Voldemort, pero la lucha es interrumpida cuando el último desaparece, pues oficiales del Ministerio llegan al lugar de la batalla.
Durante esto, Harry nota que la mano de Dumbledore está negra y débil.
Además, le indica que Voldemort creó siete horrocruxes, fragmentos de su alma escondidos en objetos.
Casi al final del libro, Dumbledore y Harry van a una cueva para recuperar un horrocrux.
En la cueva, Dumbledore toma una poción para obtener el horrocrux, pero ésta lo vuelve loco y lo debilita, haciendo que grite.
Al volver a Hogwarts, ven la Marca Tenebrosa sobre el castillo: los mortífagos han podido entrar, burlando las seguridades que Dumbledore había puesto.
Varios mortífagos llegan y le dicen a Draco que lo mate rápidamente, pero no lo hace.
Harry se sacrifica por los demás: va al Bosque Prohibido y usa la Piedra de Resurrección escondida en la snitch que Dumbledore le había dejado.
Le dice que él debe decidir si volver al mundo real, para quizá poder detener a Voldemort finalmente, o quedarse en ese tentador lugar, donde no había dolor, heridas ni muerte, y decide volver.
Hagrid lleva su cuerpo a Hogwarts obligado por Voldemort; al llegar allí, se reanuda la batalla.
En el epílogo del libro, Harry está casado con Ginny Weasley, y tiene tres hijos.