La pintura tocó el tema tabú de la vida sexual y provocó un acalorado debate entre sus contemporáneos.
El formato de la pintura es inusualmente grande y las figuras que contiene están representadas a tamaño natural.
En el siglo XIX, al extenderse el higienismo, se impuso que las prostitutas se sometieran a periódicos exámenes médicos, en un intento de mantener a raya las enfermedades venéreas.
[1] El cuadro estuvo colocado en una "cabaña" (una casa de vacaciones noruega construida en madera, a menudo bastante grande) durante casi veinte años, hasta que finalmente se vendió.
[2] Krohg había creado varias pinturas anteriores basadas en el destino de la costurera soltera "Albertine", quien finalmente se ve obligada a prostituirse por el sistema social de la época.