Alaíde Foppa

Su padre, Tito Livio Foppa, era un periodista italo-argentino y su madre, Julia Falla, era una pianista guatemalteca proveniente de una familia hacendada.

[6]​ Creció viajando y vivió en diferentes países con su familiaː Bélgica, Francia e Italia.

Trabajó durante varios años como traductora y escribió entonces sus primeros poemas en italiano.

Colaboró activamente en la revolución: fue voluntaria en un hospital y participó en campañas de alfabetización.

Solórzano fue juzgado como militante de la izquierda radical y se vio forzado a dejar Guatemala, momento en que la pareja se exilió en México,[9]​ donde nació su primer hijo, Julio Solórzano Foppa.

[cita requerida] En 1950, regresó a Guatemala junto con su familia, pero cuatro años después tuvieron que salir nuevamente al exilio, tras el derrocamiento del gobierno del coronel Jacobo Árbenz Guzmán en junio de 1954.

La tristeza que tales eventos provocaron en ella la hicieron escribir algunas de sus poesías más sentidas.

[cita requerida] Desde esa tribuna, Alaíde formó a varias generaciones de estudiantes en el pensamiento feminista.

En 1972, colaboró en la creación, produjo y estuvo al frente del Foro de la Mujer,[12]​ programa radiofónico transmitido por Radio Universidad en México durante varios años.

Desde sus micrófonos se entrevistaron y escucharon diversidad de voces de mujeres, como la activista y sindicalista Benita Galeana, la psicoanalista Marie Langer, la escritora Elena Poniatowska o la feminista Marta Lamas.

[4]​ Alaíde sacó adelante el proyecto editorial financiándolo con sus propios recursos y organizando subastas con las obras de sus amigos pintores: Francisco Corzas, Francisco Toledo, José Luis Cuevas, Felipe Ehrenberg, Fanny Rabel y Arnold Belkin, para no recurrir a la publicidad comercial.

Según contó Elena Poniatowska, Foppa "decidió poner el tiempo que a ella le restaba al servicio de la guerrilla guatemalteca.

No divulgó sus intenciones, pero nació en ella la inmensa, la honda esperanza de serles útil a los guerrilleros guatemaltecos que la visitaban en su casa".

[23]​ Hasta ese momento se desconocía el paradero de sus restos, ya que las investigaciones  nunca avanzaron.