Como en muchos platos de Bolivia se divide en el ají propiamente dicho, que consiste en un ahogado[8] o rehogado de varios ingredientes, como carne picada, y el acompañamiento, usualmente arroz blanco.[9] En su variante sin carne suele incluirse como parte del menú tradicional de doce platos[10] de Semana Santa[11][12][13] siendo muy popular en las ciudades de La Paz[9] y Cochabamba.[14] En 2016 se presentó a la Comisión de Naciones y Pueblos Indígena Originarios Campesinos, Culturas e Interculturalidad de la Asamblea Plurinacional una propuesta de ley para declarar la comida tradicional boliviana como Patrimonio Cultural Boliviano, la propuesta incluye entre varios platos, el ají de papalisa.Hasta 2018 la ley aun no había sido sancionada.[15] Sin embargo, el Concejo Municipal de Potosí aprobó declarar al ají de papalisa como Patrimonio municipal en 2018,[16] lo que ha llevado a la solicitud de declaración como Patrimonio departamental.