Posteriormente estudió derecho y en 1853 se graduó como abogado en la Universidad Mayor de San Andrés.
Alrededor de 1889, conoció a Hortencia Loyer hija del comandante Mauricio Eliodoro Loyer (descendiente de franceses, que dirigió al Batallón "LOA" en la Guerra del Pacífico contra Chile) con la que formalizó una relación al margen de su matrimonio junto a quien tuvo tres hijos legalmente reconocidos con posterioridad.
Fue elegido Diputado por La Paz en 1863 y 1864, en 1866, fue nuevamente elegido Diputado Nacional, pero negó su concurrencia como una actitud de protesta no sólo contra la opresión política, sino también contra la cesión de territorios nacionales al Brasil y luego se exilió en Tacna (Perú) para no ser partícipe en la aprobación del Tratado de Límites suscrito con el Brasil.
A lo que el historiador español Josep M. Barnadas agrega: «representó claramente el espíritu positivista ilustrado, antidogmático y optimista de la segunda mitad del siglo XIX».
También planteó la igualdad de naciones, al manifestar: “que la república más débil goza de los mismos derechos y está sujeta a las mismas obligaciones que el imperio más poderoso”.
Sobre este hecho, Aspiazu publicó ‘El Día magno de La Paz’, que es una relación histórica sobre la citada jornada.
De este escrito podemos rescatar la idea sobre ‘tiranía’, que es válida en todo tiempo: "… la patria no es una divinidad mitológica, creada por la imaginación del poeta, ni figurada por el pincel del artista.