Aftartodocetismo
El aftartodocetismo o aftardocetismo (griego aftartós, “incorruptible” y dokein, “parecer, creer, opinar”)[1] es una doctrina monofisita según la cual el cuerpo de Cristo era incorruptible e impasible desde la encarnación, aunque él aceptara, voluntariamente, sufrir durante su pasión.[2] Surgió a comienzos del siglo VI a partir de las enseñanzas del obispo Juliano de Halicarnaso,[3] quien rechazando el diofisismo decía que el cuerpo de Cristo no debía estar sujeto a la corrupción (phthorá), los sufrimientos y enfermedades de la naturaleza humana hasta la resurrección.[4] A sus seguidores se les dio el nombre de julianistas,[1] incorruptibles o incorruptícolas.[1] Al decir que el cuerpo de Jesucristo era incorruptible entendían que desde que fue formado en el seno de su madre no sufrió ninguna mutación ni alteración; ni siquiera habría sentido hambre, sed o fatiga, por lo que antes de su muerte comía sin ninguna necesidad, como después de resucitado.De esta doctrina se seguiría que el cuerpo de Jesucristo era impasible o incapaz del dolor y que no habría padecido realmente por la humanidad.