Afroparaguayo
[4] En los tiempos de la corona española, se los denominaba generalmente "negros" o bien, "pardos".Estos no eran tan diferentes a los indígenas, ya que ara ambos, la resistencia en trabajos pesados era la misma.Dos siglos después, llegaron a alcanzar la suma de 14000000 en América Latina.La esclavitud en el Paraguay inició en 1556,[5] durante el mandato del gobernador Hernando Arias de Saavedra.Los sacerdotes, curas o religiosos que moraban en Paraguay, cada quien tenía una esclava y uno o dos esclavos como ayudantes de los oficios religiosos y quehaceres de la casa parroquial.No se conoce nadie que haya sido liberado de la esclavitud por esa vía.Entre estos bravos guerreros descollaba la figura del Sargento Cándido Silva, éste fue quien con su clarinada anunció la victoria paraguaya en la batalla de Curupayty al mando del general José Eduvigis Díaz.[9] El batallón N.º 6 “Nambi`í”, fue respetado por su bravura y por los logros obtenidos en la batalla de Riachuelo, al sur de Corrientes, siendo condecorados por el Mariscal López, “tras haber abordado el Belmonte e izado hasta el tope la enseña paraguaya”.En el decenio de 1820, estas tropas leales y algunos familiares siguieron a Artigas al exilio en Paraguay, donde el gobierno del Dr. Francia les dio semillas, animales y 100 hectáreas de tierras aptas para el cultivo, ocupación a la que se dedicaron ellos y sus descendientes por más de un siglo.[2] Su nombre, inicialmente despectivo, proviene del guaraní y la traducción sería “cueva de negros”.[2] El entonces gobernador del país, Gaspar Rodríguez de Francia, le dio refugio pero cuidó que no conservara ninguna influencia política, ni mantuviera correspondencia con nadie fuera del Paraguay.Muchos hombres pertenecientes a la comunidad Kamba Kua fueron enrolados en el ejército paraguayo, y junto al resto del país, sufrieron tremendas pérdidas de vidas.[2] Finalmente las tierras que quedaban en manos de los Kamba Kua eran 7 hectáreas.Todo este conflicto marca una larga lucha en pro de recuperar las tierras, que les pertenecía por derecho.Supuestamente, los negros y mulatos reubicados en Emboscada recibieron una libertad condicionada a su participación en las guarniciones militares.Asimismo, ha sido conformado un elenco de danzas afroamericanas, denominado "Los Pardos Libres".[15] En la fiesta, que mezcla la religiosidad católica con las tradiciones africanas, confluyen hasta seis ritmos diferentes y bailes como el “kuarahy”, con los participantes alzando sus brazos al cielo como lo hacían sus antepasados africanos cuando elevaban sus peticiones al cielo.