Adrian Lyne

Comenzó su carrera dirigiendo comerciales de televisión, donde adquirió una gran pericia para el manejo de la cámara y darle al espectador calidad visual.

Su primer filme como director fue en 1980 dirigiendo a una adolescente Jodie Foster en Foxes.

En los años 1990 tuvo menos éxito comercial, aunque sí consiguió buenas críticas, con La escalera de Jacob (1990), y un éxito de taquilla con una Una proposición indecente, con Robert Redford y Demi Moore (1993).

El fracaso comercial y críticas negativas de la adaptación de Lolita en 1997, puso casi un final a su etapa dorada como director, realizando solo dos películas desde entonces: Unfaithful y Deep water.

Recibió una nominación para el Óscar a la mejor dirección en 1988 por su trabajo en Atracción fatal.