Consta con el número 28 en el catálogo razonado realizado por el profesor e historiador del arte Harold Wethey, especializado en el Greco.
Se podría decir que la pintura es animada por una energía rítmica, expresada en los movimientos de las figuras, como si bailasen.
Se destacan los fuertes contrastes entre la luz y las zonas oscuras que realzan el sentido del drama.
[6] En 1618 el ayudante del Greco, Luis Tristán, dijo que su maestro estuvo trabajando en este lienzo hasta su muerte.
La pintura fue más tarde transferida al altar mayor del monasterio de Santo Domingo El Antiguo.