Durante la década del diez se instaló nuevamente en Salta, donde colaboró con los gobiernos radicales e hizo una fuerte campaña a favor del Ferrocarril de Huaytiquina, que conectaría Salta con Chile, que obtuvo la aprobación del presidente Hipólito Yrigoyen en 1922.
[1] Creó numerosos parques y plazas en la capital e hizo un enorme progreso en la erradicación del paludismo.
[1] Acusado de connivencia con algunos intentos revolucionarios radicales, fue arrestado en 1933 en la Isla Martín García[2] y trasladado a la Cárcel de Ushuaia, junto con otros dirigentes radicales como Ricardo Rojas, Enrique Mosca, Honorio Pueyrredón y José Luis Cantilo.
Al año siguiente presidió el Comité Nacional de la Unión Cívica Radical.
[1] En su testamento donó una chacra que había pertenecido a su abuelo, el general,[2] conocida como “El Carmen de Güemes” para ser destinado a ser una escuela-granja, objetivo que se cumpliría en 1952.