[3] Históricamente, el adoctrinamiento ha sido promovido tanto por las élites sociales dominantes como medio de control social no explícito ni necesariamente coactivo, pero sí influyente; como por grupos religiosos e ideológicos extremistas, frecuentemente contrarios al orden establecido.
Sin embargo, esto puede ser mitigado por prácticas que favorezcan el libre pensamiento y el uso de la razón crítica, siendo esta la principal diferencia entre el adoctrinamiento y la educación: el primero, a diferencia de la educación, nunca pretende convertir al sujeto en un individuo autónomo con juicio propio, sino que se caracteriza por la fe ciega y la ausencia de pensamiento crítico.
El término aparece frecuentemente en los escritos de diversos teóricos sociales y analistas políticos entre los que podemos mencionar a Noam Chomsky o Albert Einstein.
La educación puede llegar a fomentar el adoctrinamiento desde su faceta ideológica, para apoyar o desacreditar a un partido político, inventar datos para fomentar una ideología determinada o propiciar discursos de odio como machismo, racismo, xenofobia, homofobia, transfobia.
[4] Cuando el método educativo se basa en la negación de la conciencia y la libre expresión, este encarna la esencia misma del adoctrinamiento.
[12] El aprendizaje es favorecido con la confrontación entre el grupo y el medio, el medio proporciona presión selectiva que obliga al cambio mediante el análisis y la reformulación de aquellas prenociones que impedían el aprendizaje de quienes estudian.
Rediseñar desde el constructivismo los espacios educativos en un sentido humano[13] permite valorar el cometer errores durante las actividades pedagógicas basadas en la cooperación, para así reemplazar “el paradigma del enfoque dogmático a la información” con “el paradigma del enfoque científico a la información”, pues entender la capacidad de equivocarse en el aprendizaje como algo positivo fomenta que la información con la que se trabaja está formada de información provisional y aproximada que deberá modificarse al encontrar modelos que se ajusten mejor a la realidad.
El adoctrinamiento militar tiene tres objetivos específicos: Esto no se debe confundir con el adoctrinamiento por parte de un culto u organización, se busca que el recluta defienda sus propios valores, su honor e integridad.
Individualmente, cada uno de los reclutas debe llevar a cabo diversas responsabilidades y demostrar habilidades en decisiones complejas.
[22] La tercera etapa es la internalización donde el individuo empieza a aceptar las creencias e ideología del grupo, por curiosidad, presión social o justificar el cumplimiento previo, y la última etapa es la consolidación, hay lealtad adquirida hacia el grupo.