Se hizo uso de dispositivos especiales tipo subtructiones y arcuationes para salvar depresiones cuando se consideró necesario, cuatro de estos últimos han sido estudiados en detalle por su monumentalidad.
Los cuatro acueductos que componen el conjunto, el de Torrecuevas y los denominados tramos I, II y III, en dirección aguas abajo del Río Seco, constituyen una obra de gran unidad.
Fernández Casado los fecha en el siglo I d. C., por lo que al de Almuñécar se le podría dar una cronología similar.
Como nueva aportación se encuentra la excavación llevada a cabo en lo que tanto Torres Balbás como Fernández Casado identificaron con el castellum aquae, los restos conocidos como Cueva de los Siete Palacios; hipótesis que descartó al no aparecer rastro alguno de mortero hidráulico en la construcción.
También describe los restos arqueológicos exhumados en las diferentes campañas de excavación realizadas en la zona de La Carrera, concretamente el venter del sifón, cuya existencia ya se apuntara en los cuarenta.
[6] Hacia el sur se conocen tres tramos del acueducto romano.
El AI tiene un solo cuerpo, con 4 arcos de luz normal y 2 pequeños.