«Acto fallido» es la traducción al español más corriente del término alemán Fehlleistung, introducido por Sigmund Freud ya en los inicios de sus conceptualizaciones teóricas que conformaron el método y línea nueva de trabajo psicoterapéutico denominado psicoanálisis.
[1] Hallar una explicación para los actos fallidos puede ser una tarea analítica ardua, puesto que escapan a la conciencia y para su comprensión es necesario ponerlos en relación con otros materiales que aportan información del inconsciente, a través de técnicas del psicoanálisis, tales como la asociación libre y la interpretación de los sueños.
[2] En ese mismo año y en el siguiente hay otros dos artículos en que se refiere al tema.
Pero no son el resultado de la casualidad o el descuido, sino que estarían motivados por un deseo inconsciente que no encuentra mejor forma de aflorar a la conciencia.
De esta manera, lo reprimido logra burlar a la censura que lo mantiene oculto.