Las actinoporinas constituyen una familia multigénica de proteínas tóxicas[1] producidas por diversas especies de anémonas, como por ejemplo Actinia equina, Actinia fragacea y Stichodatyla helianthus .
[2] Estas proteínas son toxinas que actúan haciendo poros en la membrana plasmática de las células.
[3] Para poder ejercer su acción, estas proteínas permanecen solubles y oligomerizan en presencia de bicapas lipídicas.
A continuación, y es aquí donde reside la controversia, insertan la hélice alfa amino-terminal en la bicapa y posteriormente oligomerizan, formando poros cuyo número exacto de subunidades aún está por concretar.
Esto provoca un choque osmótico en la célula sobre la que estén actuando, produciéndole la muerte.