Un acondicionador autónomo o climatizador autónomo (también conocido coloquialmente cómo aire acondicionado) es un aparato que tiene todos los mecanismos y dispositivos necesarios para producir y distribuir energía térmica que se utiliza para refrigerar, y a veces calefactar, un espacio habitable.
Está formado por los siguientes dispositivos: Algunos aparatos disponen también de resistencias eléctricas para dar calefacción en ciertos casos, aunque no es un sistema económico.
Existen dos tipos fundamentales: También se llaman así a veces a los climatizadores que contienen el sistema de producción de frío y una unidad de tratamiento del aire para distribuir después por un sistema de conductos a los locales a climatizar, pero éstos, en realidad, constituyen un sistema de climatización mucho más completo y amplio.
La regulación de la potencia se hace mediante un termostato, situado en la entrada del aire al evaporador, que para y pone en marcha el compresor.
La importancia del filtro es grande y, sobre todo, hay que mantenerlo limpio, pues el polvillo suspendido en el aire ambiente puede ensuciar muy deprisa el intercambiador, dificultando la cesión de calor.