[2] El diseño del arma tiene un origen escita, aunque es famoso gracias a los persas, los cuales hicieron que el arma tuviera una extensión rápida en el mundo antiguo, tanto que pudo tener influencia en el diseño de las primeras armas chinas.Los acinaces son largos, normalmente de 36 a 46 centímetros, con dos bordes afilados [2] y un protector cruciforme, rectangular o redondeado.[2] Solía llevarse en la cadera derecha, para permitir una extracción rápida y obtener así una posición mucho más favorable, acompañada del factor sorpresa.Así, con frecuencia el término es usado en textos medievales en latín para referirse a la cimitarra o algo similar.Paulus Hector Mair llegó a traducir dussack, un arma alemana, como acinaces, ya que era encorvado como una cimitarra, y de la misma manera, los autores jesuitas que describían el antiguo Japón, usaban el término acinaces para referirse a una katana.