Para llevar a cabo este importante propósito contrató al pintor Jörg Breu el Joven (que haría las veces de ilustrador), así como a una serie de luchadores y expertos en el manejo de todo tipo de armas, en especial espadas.
Con los estudios de su equipo se dedicó a perfeccionar las artes marciales y a reflejarlas fielmente en su obra por medio de dibujos.
Este ambicioso proyecto, del que surgió una obra de más de mil páginas, resultó enormemente costoso a decir del propio Mair, no sólo estuvo más de cuatro años escribiendo su libro, sino que se gastó casi todo su patrimonio y el de su familia.
Sus malversaciones fueron descubiertas en 1579, y Mair fue ahorcado por ladrón en la edad de 62 años.
Actualmente se conservan tres ejemplares completos y una versión resumida del mismo.