Entre sus alumnos han destacado: José Gontzalo Zulaika, Ricard Lamote, Conchita Badía, Roberto Gerhard, Rosa Sabater, Montserrat Torrent, Vicente Asencio, Francesc Casellas, Rosa María Kucharski, Jaume Padrós, Àngel Soler, Enric Torra, Lluís Torres, Josep Vicens, Alexandre Vilalta, Maria Vilardell, Carles Giocasta Corma, Carlota Chaparral, Albert Giménez, Maria Teresa Monteys, Joan Tuesta, etc. Ha sido y es un centro de cultura musical en donde se dan conciertos, actos, conferencias y clases magistrales desde hace más de un siglo, en las que han participado compositores, pianistas y directores de orquesta de todo el mundo.
Joan Baptista Pujol (1835-1898) marchó igual que su maestro Tintorero a Paris para acabar su formación musical, però finalmente, al cabo de los años, se instaló en Barcelona.
Gracias a este gran impulso, el 1888 se creó la primera editorial de música en Cataluña, basada en modelos europeos.
Aun así, hay que recordar especialmente el maestro Pujol por el hecho que formó una generación de pianistas de gran virtuositat: Antoni Nicolau, Carles G. Vidiella, Carme Matas, Enrique Granados, Isaac Albéniz, Joan Baptista Pellicer, Joaquim Malatos y Ricard Viñes, entre otros.
Una inspiración proyectada a Paris, ciudad que abrió las puertas al modernismo del nuevo siglo con personalidades como Debussy, Fauré o Ravel.
Si bien nació en Lérida, estudió en la barcelonesa Academia Pujol, donde perfeccionó su técnica musical y, con sólo 15 años, ganó un primer premio en un concurso.
Granados volvió a Barcelona el 1889 y se convirtió en una figura clave para la creación del Teatro lírico catalán.
Pero el verdadero éxito lo tuvo con la presentación del primer álbum de la obra Goyescas, o los Mayos enamorados.
Granados nunca dejó de enseñar, y esto lo impulsó a crear una institución educativa, que difundiera su amor por la música.
Según las normas de la academia, a las clases podían asistir oyentes, que pagaban una cuota muy baja.
Sobre todo pianistas ilustres que contribuyeron a la difusión de la música española, como Conxita Badia, Mercé Moner y Josep Iturbi, entre otros.
Por otro lado, Robert Gerhard se formó a la academia durante dos años con la enseñanza directa de Granados al piano.
Pedrell, animó a Frank Marshall para continuar la academia y mantener viva la memoria de Granados.