[1] Badía estrenó piezas escritas por compositores como Enrique Granados, Manuel de Falla, Federico Mompou, Alberto Ginastera y Enric Morera.
El propio Enrique Granados dudaba de si era mejor que se dedicara al canto o al piano, instrumento en el que igualmente era alumna prodigiosa, tal como a menudo igualmente destacaba la pianista Alícia de Larrocha.
Durante los años siguientes, el propio Granados la acompañó al piano en varios conciertos por toda Cataluña y le hizo estrenar su obra Canciones amatorias en la Sala Granados de la avenida Tibidabo de Barcelona en 1913.
Durante aquellos años, Badía colaboró con importantes artistas contemporáneos incluyendo Enric Morera, Jaume Pahissa, Ventura Gassol, Amadeo Vives, Frank Marshall, Roberto Gerhard, Felipe Pedrell y Apeles Mestres.
También recibió elogios de varios artistas, como Apeles Mestres, quien le regaló la englantina de plata y oro que había ganado en los Juegos Florales y el brazalete de bodas que le había regalado a su difunta esposa y le dedicó las siguientes palabras: «Recitadas por ti, mis canciones hasta parecen bonitas».
[2] El tenor Francisco Viñas le dedica Método de canto con las palabras: «A la más perfecta liederista que yo jamás haya escuchado.
La muerte afectó considerablemente a Badía, pero continúa estudiando con Vidal Nonell en el Conservatorio del Liceo.
A lo largo de estos años, colabora constantemente con Pablo Casals, quien se convierte en su segundo maestro.
Junto con él y su Orquesta Pablo Casals, cantó como solista en más de treinta conciertos.
Entre otros estrenos que realizó en los años 1920 estuvieron Cançons epigramàtiques de Amadeu Vives (1927), acompañada por el pianista ilerdense Ricardo Viñes, así como los Nuevos madrigales y la recopilación Amorosas de Apeles Mestres.
La primera mañana de octubre, sin embargo, Clausells no llegó a su despacho y Badía lo buscó hasta descubrir que había sido asesinado.
En ese mismo año también se participó en el concierto-homenaje a la poesía de Garcés musicada por diferentes compositores.
También fue invitada a actuar en auditorios de Madrid en varias ocasiones, donde fue recibida positivamente por la crítica.
[2] Durante esta etapa, Badía continuó siendo maestra, como catedrática de canto en el Conservatorio Municipal de Barcelona y en su propio domicilio, donde recibe a alumnos como Francesca Callao, el argentino Carlos Manso, la andaluza Isabel Aragón, la mexicana Lupita Campos, la sueca Sonia Stehenmar, la japonesa Akemi Karachi, Heleni Barjau y Montserrat Caballé.