Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1979, formando parte del lugar «Sitios prehistóricos y grutas decoradas del valle del Vézère» con el código 85-015.
Suministró muy numerosos objetos de arte mobiliar de finales del Paleolítico superior y es el lugar epónimo del Magdaleniense.
Lo descubrió y excavó Édouard Lartet de 1863 a 1865.
El lugar fue ocupado en la Edad Media.
Permanece como testimonio de este pueblo troglodita una iglesia parcialmente cavada en la roca y las ruinas de un castillo que dominaba el lugar.