Su reinado se caracterizó por los continuos conflictos con las potencias europeas con las que, a pesar de firmar numerosos tratados comerciales, se enfrentó debido a la tradicional política económica marroquí de fomentar el sector de la piratería y el corso en sus costas contra barcos europeos y americanos.
Además, el secuestro del Veloce provocó el bombardeo de Larache, Arcila y Tetuán por el Imperio Austrohúngaro en 1829.
Tras haber agotado la vía diplomática, sin resultado, el bombardeo produjo daños considerables a la histórica base de la piratería Marroquí, y Marruecos pagó a Francia una gran compensación económica.
Se saldó con victoria española en la batalla de Wad Ras y la firma del Tratado de Wad Ras (1860) con compensaciones a España por la guerra y por el ataque a Ceuta.
Además, aprovechando la muerte del sultán, en diciembre de 1859 Francia ocupó Uchda.