A comienzos del siglo XI (1001 al 1026) se construyó una basílica con tres naves y finalmente se fundó un Monasterio Benedictino en honor al obispo Mauro, luego santificado, que tenía por costumbre ascender a la colina a rezar.
Hay también otras obras importantes atribuidas a Francesco Morandi, conocido como el Terribilia, el cual construyó la cupola (domo) (decorada por Francesco Masini entre 1568 y 1571) y la escalinata original de piedra, y a Alessandro Corsi quien en 1588 creó el aljibe monumental del Gran Claustro.
Detrás del altar principal se destaca el coro de madera realizado por Giuseppe d’Alberto di Scalva tarea que fue finalizada en 1575.
Una serie de eventos desafortunados condujeron a una crisis para las construcciones benedictinas que duró unos cien años y que fue agravada por el terremoto de 1768 el cual destruyó la cupola (domo) de la basílica.
La abadía es famosa por alojar la colección de ex-voto más rica de Europa (tablas alegóricas que poseen una antigüedad que en algunos casos alcanza los 500 años), y por su laboratorio de restauración de libros antiguos que se encuentra en funcionamiento aun en la actualidad.