La abadía de Dundrennan es una abadía que se encuentra en la localidad escocesa de Dundrennan, en las cercanías de Kirkcudbright (Dumfries and Galloway, Escocia, Reino Unido).
Aunque hoy se halla en profundo estado de ruina (los cruceros son las partes mejor conservadas), Dundrennan destaca por la pureza y la sobriedad de su arquitectura, reflejando el austero ideal de la Orden cisterciense.
El edificio fue construido con piedra gris arenisca de gran dureza, lo que ha contribuido a la preservación en buenas condiciones de las formas originales arquitectónicas y de los moldeados.
María I de Escocia, tras la batalla de Langside, pasó su última noche en Escocia en esta abadía, en 1568.
Desde Port Mary, atravesó el Firth of Solway en Workington, para ser poco después encarcelada por los ingleses.