El cartucho es llamado así en honor de Benjamin Tyler Henry, un armero estadounidense del siglo XIX.
Posteriormente se empleó una bala puntiaguda, con un coeficiente balístico de casi 0,153, que refleja un pobre desempeño a largo alcance.
El .44 Henry tiene una trayectoria arqueada, haciendo que sea casi imposible para el tirador promedio impactar un blanco a más de 183 m (200 yardas).
[2] Se hicieron comparaciones modernas sobre las características del .44 Henry, usando cartuchos .45 ACP de 200 granos y el .44 Special de 200 granos, aunque estos últimos casi alcanzan la velocidad del fusil Henry al dispararse desde una pistola.
En esta se mencionaba el empleo de balas estriadas y lubricadas, con una mejor forma.