[1][2] En 1941 los problemas económicos que padecía la familia hacen necesario su traslado a la localidad asturiana de Sama de Langreo, que ofrecía oportunidades gracias a la cuenca minera asturiana.
[1] Tras unos cortos estudios medios iniciados en 1948 y abandonados cuatro años más tarde, se ve obligado por las circunstancias familiares a ponerse a trabajar como ayudante de topografía en una empresa minera.
Esos años hicieron nacer en Eduardo el interés por el dibujo y le permitieron conocer la obra de pintores como Henri de Toulouse-Lautrec, Vincent van Gogh o Amedeo Modigliani.
[1] En 1954 cae enfermo de hepatitis, lo cual le obliga a permanecer en cama mucho tiempo ocupado en el estudio del dibujo y la pintura.
Cuando repuesto se reincorpora a su trabajo, inicia también una nueva faceta como pintor, utilizando las casas, los recovecos y las calles de su villa adoptiva.
Toda la experiencia acumulada y los trabajos realizados le llevaron a su primera exposición individual, que tuvo lugar en 1957 en el vecino pueblo de La Felguera.
Es en este momento cuando expone su obra Mineros de Asturias en París.
[1][2] De vuelta en Oviedo en el mismo año 1959, conoce a Jesús Díaz Zuco, con quien comparte un estudio en Oviedo y trabajan juntos en obras tales como el mosaico en gresite de 35 m² para la empresa Alsa.
También en 1959 participa en una exposición colectiva al aire libre, celebrada en La Escandalera de Oviedo por el grupo La Estrada en la que participan también María Antonia Salomé, Merche Gómez Morán, Jesús Díaz y Adolfo Bartholomé.
En 1960 tiene que hacer el entonces obligatorio servicio militar, lo cual le supone conocer primero el Sahara español y después Canarias, donde conoció y trabó amistad con el artista surrealista Eduardo Westerdahl, que además le influyó a la hora de pintar una serie de obras abstractas que constituirán las únicas de su carrera.
[1][2] En 1961 expone en Marbella y conoce a Jean Cocteau, y también participa en la muestra Testimonios del arte abstracto que organizaba Eduardo Westerdahl en el Círculo de Bellas Artes de Tenerife.
También viaja nuevamente a París donde coincide con Maud y Westerdahl, conociendo a Alberto Giacometti, Man Ray y Max Ernst en una exposición de Tal Coat en la galería Maeggth.
[2] En 1963 expone en la Galería Quixote y regresa a Madrid, donde se dedica a ilustrar cuentos que se publican en la revista Triunfo y a realizar la escenografía de la obra teatral de Lauro Olmo La camisa, que se estrenó en Gijón interpretada por el grupo de cámara La Máscara.
[1] Se casó en primeras nupcias con la francesa Annie Chanvallon, con quien tuvo un hijo, Yoann.
[1] En 1966, tras una crisis creativa que le supone el abandono de la «pintura social», se instala en Ibiza.
Es entonces cuando descubre la obra de Andy Warhol, Roy Lichtenstein y Robert Rauschenberg entre otros, de modo que el nuevo lenguaje creativo que buscó en Ibiza lo encontró en Suecia[1] y tiene también sus primeros contactos con el pop art americano, exponiendo en San Francisco (California) y más tarde en Oviedo (en la galería Benedet).
[2] En 1968, participa en la Primera Bienal de la pintura asturiana celebrada en Gijón.
Vuelve a Madrid en el mismo año, mientras que en 1969 expone en Fráncfort y en la galería Altamira de Gijón; participa también en la muestra colectiva Figurative painters in Spain Today que recorre los Estados Unidos.
En 1970, realiza una colectiva con sus amigos Eduardo Sanz y Alberto Gómez, en la Galería Ivan Spence.
[2] Entra a partir de este momento a seguir las pautas del arte pop, abandonando para ello el óleo por el acrílico y comenzando a utilizar una paleta de colores mucho más cálida, aproximándose al mundo de la publicidad y el cómic.
Temáticamente se produce una evolución siendo el centro el cuerpo femenino, tanto entero como fragmentado y representado sugerentes posiciones, lo cual hizo que se considerar esta etapa de su creación artística como la «época erótica».
En 1984 comienza a trabajar el bronce para realizar sus primero pasos en la escultura, y que expuso en 1985 en la feria de arte contemporáneo Arco.
[1] También en sus últimos años de creación artística se inclinó por la temática oriental, centrando el protagonismo la figura de la geisha, la cual no es representada desnuda, como en su época erótica, sino ataviada del tradicional kimono, el cual se utiliza como pretexto para proyectar juegos compositivos geométricos y rítmicos.
[1] La crítica considera a Eduardo Úrculo como el impulsor del pop art en España y uno de sus máximos representantes, junto con el desaparecido Equipo Crónica.
[1] Eduardo Úrculo se trasladó a Asturias, donde estudió en el instituto de Sama (Langreo).
Fue en ese mismo municipio donde realizó su primera exposición, en el Hogar del Productor de La Felguera en 1957.
En Langreo existe una pinacoteca con su nombre, y en 2009 se inauguró el Centro Cultural Eduardo Úrculo en Madrid.
[3] “Homenaje a Santiago Roldán”, 1999, Parque de Carlos V, Barcelona.