Los órganos neurohemáticos perciben estímulos químicos en forma de concentraciones, monitorean los cambios en la composición osmótica, iónica y hormonal.
Estas fenestraciones se encuentran cubiertas por prolongaciones de las células perivasculares pericitos/tanicitos en los órganos NH sensoriales.
[5] Los espacios perivasculares son relativamente grandes, se disponen entre las membranas basales; la externa, la más cercana al parénquima y la interna en estrecho contacto con el endotelio.
Estas fenestraciones se encuentran cubiertas por prolongaciones de las células perivasculares similares a pericitos/tanicitos.
La amilina, la leptina y posiblemente el péptido similar al glucagón tipo 1 actúan en el área postrema (AP) para influir en las vías neurales que inhiben la ingesta de alimentos.
[7] Debido a la ausencia de una BHE, los CVO y el plexo coroide, pueden infectarse con patógenos que circulan en el torrente sanguíneo, permitiendo la penetración en el cerebro.