Órgano de la Catedral de Ibagué

Este instrumento fue utilizado principalmente para las celebraciones litúrgicas, el acompañamiento a los coros y otras actividades culturales.

Estuvo en la Catedral hasta 1959, fecha en la que resuelven adquirir un nuevo órgano con mayor amplitud y sonoridad para el templo.

[1]​ Binder fue por muchos años el único organero profesional que residía en Colombia y mientras vivió, le aseguró un excelente mantenimiento al órgano, pero después de su muerte en 1990, el instrumento con el paso del tiempo, comenzó presentar problemas.

[1]​ Por las condiciones de deterioro que ya acumulaba el órgano fue necesario realizar una primera restauración en 1995 y la gestión de recursos para dicha intervención estuvo a cargo del arzobispo Juan Francisco Sarasti Jaramillo y del pbro.

Para dicho evento fue invitado el organista belga Thierry Chleide, acompañado de la violinista colombiana Amparo Botero y la soprano ibaguereña Olfary Gutiérrez.

En el concierto se interpretaron obras de J. S. Bach, César Frank, Jehan Alaín y Louis Vierne.

Después de estos conciertos, no se registran eventos culturales con este instrumento, sirviendo únicamente a las ceremonias religiosas.

[1]​ La cotización presentada por el organero Juan Carlos Ángel para realizar el proyecto de restauración fue por un monto de $ 60 000 000 pesos,[4]​ dinero con el que la Arquidiócesis no disponía en ese momento y que impidió, por lo tanto, la restauración, razón por la cual el instrumento continuo en las mismas condiciones por varios años más.

[5]​ Todos los teclados están dispuestos en una consola, la cual está separada y puesta delante del órgano con vista a la nave central.

[5]​ Estos fuelles se encargan de regular la cantidad y la presión del aire para que el órgano no suene desafinado.