Íole
Pseudo-Apolodoro proporciona la historia más completa, seguida por ligeras variantes de autores como Séneca y Ovidio.[4] Otras fuentes antiguas, como Diodoro de Sicilia, Higino o Pseudo-Plutarco, tienen información similar con pequeñas variaciones.Los hijos dispararon sus flechas tan certeramente que batieron a todos los demás competidores del reino.Heracles disparó al blanco, acertando en la diana tan precisamente que incluso batió las marcas previamente ganadoras.[1] Cuando el rey se dio cuenta de que Heracles estaba ganando, detuvo la competición y no le permitió seguir.Aunque Heracles había ganado la competición en buena lid, no tenía derecho al premio por su reputación.Al cabo del tiempo, Ífito siguió las huellas dejadas por los animales hasta que llega a la ciudad donde vivía Heracles, Tirinto.Las yeguas aparecen en casa de Heracles debido a que Autólico se las había vendido como propias.