Alcmena

Antes de que Anfitrión regresara a Tebas, Zeus se presentó una noche y, haciéndola durar como tres, yació con Alcmena en figura de Anfitrión y le relató la victoria contra con los teléboas.

Ella sin duda superaba a toda la especie de femeninas mujeres en aspecto y estatura; y, aún más, en espíritu ninguna era su rival de cuantas parieron mortales acostadas con mortales.

(...) Toda la noche estuvo acostado con su recatada esposa, disfrutando los dones de la muy dorada Afrodita.

[7]​ Tzetzes refiere que Alcmena había alumbrado a Heracles el décimo mes de embarazo.

[14]​ Siendo Heracles de ocho meses, Hera, deseosa de matarlo, envió dos enormes serpientes a su cama; Alcmena llamó en su ayuda a Anfitrión, pero Heracles, incorporándose, las estranguló con las manos.

No obstante Lucina, indignada por la treta, transformó a la sirvienta en una comadreja.

El propio Euristeo huyó en un carro e Hilo, que iba en pos de él, lo mató; cortó su cabeza y se la entregó a Alcmena, que le arrancó los ojos con una lanzadera.

Las tribulaciones de Alcmena en un grabado para Las metamorfosis , de Ovidio , 1581.