Época ibérica en la Comunidad Valenciana

Así pues los poblados más importantes estaban situados en lugares más altos, bordeando las zonas de humedales y metiéndose en tozales en "tierra firme" que hacían posible una mejor defensa y daban un terreno más firme donde construir alejado de las zonas pantanosas infestadas de mosquitos.Otros poblados ibéricos importantes eran: Arse (Sagunto), Saitabi (Játiva), Turís, Sucro (Albalat de la Ribera), Cullera, Elche, Mogente, etc..Los griegos también fundaron varias colonias comerciales en la costa contestana como Hemeroskopeion (Denia) y entraron en claro conflicto con los fenicios que se fue resolviendo despacio hasta que la definitiva decadencia de los fenicios dejó a los griegos una cierta época de primacía.Mientras los cartagineses iban desarrollando su imperio marítimo, otra potencia había surgido en el Mediterráneo.Roma, una pequeña ciudad al lado del Tíber se había desenrollado hasta llegar a ser un gran imperio comercial y ahora le disputaba a Cartago el dominio de la isla de Sicilia.Sin la logística proporcionada por su hermano, Aníbal fue perdiendo existencias y no pudo obtener los equipos necesarios para tomar Roma, lo cual lo obligó a retirarse de territorio italiano.Después del fracaso en Italia tuvo que enfrentarse con Publio Corneli Escipió el cual había desembarcado en la costa levantina conquistando mucho territorio cartaginés con lo cual empieza la época romana en la Comunidad Valenciana y en la Península.En cuanto a la agricultura, los cereales constituyeron la base de la producción: la cebada, el trigo, el mijo, la espelta, la escanda y la avena.El tejido se realizaba dentro de las casas o al exterior junto a la entrada.Las decoraciones acostumbran a ser pintadas en rojo tanto geométricas como figurativas.Las primeras monedas que acuñaron los iberos para realizar intercambios comerciales son las producidas por los griegos en Ampurias y Rosas en el siglo V a. C..Uno de los cultos más populares era el de Deméter, una divinidad griega femenina relacionada con la agricultura y la muerte, asimilada en el mundo púnico a Tanit y que en el mundo ibérico estaría asimilada a alguna divinidad local.Los cadáveres eran incinerados vestidos, a menudo con sus armas y otros objetos personales.En caso de un guerrero muerto, las armas eran dobladas y quemaduras en el fuego funerario.A continuación se celebraba una comida funeraria, que era más sofisticada cuanto más alta era la jerarquía del personaje sepultado, que precedía a la ceremonia de la libación o derramamiento del vino sobrante de este banquete y se colocaban ofrendas de alimentos en la tumba.Así se procuraba que el uso de los vasos finalizara con la vida del propietario.En las necrópolis iberas documentadas, los vasos cerámicos formaban parte de las ofrendas o ajuar funerario, así como el armamento.