Ártemis Pérsica (también Artemisa persa, Ártemis persa, etc.) es uno de los nombres dados por los griegos a la diosa persa Anahita (llamada también Anaitis por los griegos), y al culto sincrético entre esta y la diosa griega Ártemis.
El proceso de sincretismo entre Ártemis y Anahita se desarrolló en Asia Menor, la que fue conquistada por los persas a mediados del siglo VI a. C. De acuerdo con Tácito (III.60), un santuario de la diosa fue fundado en Hierocesarea (Lidia) por Ciro el Grande, quien le entregó privilegios.
Asimismo, el babilonio Beroso menciona que Anaitis era adorada en Sardes durante el reinado de Artajerjes II.
El culto de Ártemis Pérsica continuó practicándose durante los períodos helenístico y romano.
Ya en la época romana, Estrabón (XV.3.15) menciona festivales en honor a Anahita en santuarios de Capadocia (Castabala), y Pausanias (V.27.5) afirma haber presenciado ceremonias de culto llevadas a cabo en Hipepa.