Ángel Sagarmínaga Mendieta

Gracias a ese cargo recorrió toda la geografía peninsular organizando los servicios de Propaganda Fide en cada diócesis.

Durante la Guerra Civil se refugió en la embajada de Noruega, desde donde ayudó a diversos refugiados y perseguidos por los republicanos.

Al concluir la contienda, fue confirmado director nacional de las Obras Misionales Pontificias, cargo que desempeñó hasta su muerte.

Durante cuarenta años promovió un gran número de campañas misionales, orales y escritas.

Todos ellos, estrechamente vinculados a la Universidad Pontificia de Comillas, donde surgió dicho movimiento.