Ángel María Garibay

Su interés por las culturas antiguas de su país se inició en esos tiempos; aprendió el náhuatl, y comenzó a estudiar documentos del México antiguo.Pero su interés en los pueblos originarios de México no era simplemente el del historiador: colaboró con los indígenas en la organización de pequeñas industrias y, tras mucho insistir ante las autoridades gubernamentales, logró que se introdujeran en la región servicios públicos de salud, educación y asistencia técnica agrícola.[3]​ En 1962 el Senado de la República le otorgó la Medalla Belisario Domínguez en mérito a su trabajo en el rescate del pasado histórico mexicano.Entre sus discípulos más destacados se encuentra el antropólogo e historiador Miguel León-Portilla.Muchos de sus contemporáneos, al mismo tiempo que destacan su extraordinaria dedicación al trabajo y su amplitud de criterios, recuerdan también su mal carácter y su curiosa afición por el mate rioplatense.
Plaza Ángel María Garibay Kintana en Toluca de Lerdo. 2014.