Álvaro de Soto

Se casó con la hispano-peruana Begoña Ibarra y luego con la argentina Irene Philippi Aris, con quien tuvo tres hijos.

En 1968, ingresó al servicio diplomático y ese mismo año fue destinado a la delegación peruana ante las Naciones Unidas en Nueva York.

Al año siguiente, fue designado enviado a ese país y jefe de la fuerza para el mantenimiento de paz (UNFICYP), puestos en los que se mantuvo hasta 2004 cuando fue rechazado el Plan Annan para la reunificación chipriota y se desmanteló la misión especial.

Brevemente fue enviado especial al Sahara Occidental para la mediación en el conflicto entre Marruecos y el Frente Polisario.

En 2005, fue nombrado enviado especial para el proceso de paz en Medio Oriente, pero renunció al cargo y a su carrera en Naciones Unidas dos años después.