es una película española dirigida por el director de cine Ricardo Franco en 1995.
Es egoísta, individualista, y por ello su mujer, Silvia, que trabajaba en la empresa, le pidió el divorcio y se marchó de la misma.
Pero ella era imprescindible, por sus diseños e ideas, y desde que se fue, la empresa no va bien.
Un antiguo cliente, al que Pablo estafó, decide vengarse de él pegándole un tiro.
Pero Dios decide que no va a morir todavía, sino que le envía un ángel de la guarda para explicarle que a cambio de su vida debe hacer una campaña publicitaria de promoción de la familia tradicional.