Sola fide

Pero Dios, basándose en la vida, muerte y resurrección de su Hijo, únicamente Jesucristo (solus Christus), otorga a los pecadores perdón judicial, o justificación, que se recibe únicamente a través de la fe.Por lo tanto, la fe sola es fundamental para el protestantismo, y la distingue de otras denominaciones cristianas.De acuerdo con Martín Lutero, la justificación por la fe sola es el artículo sobre la cual la iglesia se mantiene o cae.[4]​ Ellos creen que la justificación por gracia mediante la fe en la justicia de Cristo solamente es el evangelio, el núcleo de la fe cristiana en torno al cual todas las demás doctrinas cristianas estén centradas y basadas.«Es por eso que la fe sola hace a alguien justo y cumplidor de la ley», dijo Lutero.[8]​Tradicionalmente, los luteranos han enseñado una forense (o legal) justificación, un veredicto divino de la absolución pronunciada en el pecador creyente.[9]​ Los luteranos creen que las personas reciban este regalo de la salvación por la fe sola.Cualquier persona que no hace buenas obras de esta manera es un incrédulo.[27]​El teólogo escocés John Murray, del Westminster Theological Seminary en Filadelfia, afirmó: La fe sola justifica, pero una persona justificada con la fe solamente sería una monstruosidad que no existe en el reino de la gracia.[28]​[29]​El teólogo evangélico contemporáneo R. C. Sproul escribe: La relación de la fe y las buenas obras es una que puede ser distinguida pero nunca separada.Cuando el justificado vive en Cristo y actúa en la gracia que le fue concedida, en términos bíblicos, produce buen fruto.Por consiguiente, tanto Jesús como los escritos apostólicos amonestan al cristiano a producir las obras del amor.Por ejemplo: «Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá» (Juan 11:25).Esto está en línea con la visión tradicional de la fe como la fidelidad [a Dios] en el Antiguo Testamento.La relación precisa entre la fe y las buenas obras se mantiene como un área de controversia en algunas tradiciones protestantes.Hay un componente semántico en este debate, así, que se ha ganado una nueva atención en el siglo pasado.[33]​ El obispo Scott J. Jones en United Methodist Doctrine escribe que en la teología metodista: La fe es necesaria para la salvación incondicionalmente.Las buenas obras son necesarias sólo condicionalmente, es decir, si hay tiempo y oportunidad.Esto sería imposible si las buenas obras, que son el fruto de un verdadero arrepentimiento, y la fe eran incondicionalmentes necesarias para la salvación.Sin embargo, para la gran mayoría de los seres humanos, las buenas obras son necesarias para la permanencia en la fe porque esas personas tienen tanto el tiempo y la oportunidad para ello.[35]​ Richard P. Bucher, contrasta esta posición con la luterana, discutiendo una analogía planteada por el fundador de la Iglesia Metodista, John Wesley: Mientras que en la teología luterana la doctrina central y el núcleo de toda nuestra adoración y la vida es la justificación por la gracia mediante la fe, para los metodistas el foco central siempre ha sido una vida santa y la búsqueda de la perfección.Pero la casa en sí -la relación de uno con Dios- es la santidad, la vida santa» (Joyner, parafraseando Wesley, 3).Y este mismo apóstol dice: «siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús» (Rom.Y por esto, nos asimos siempre a este fundamento, dando todo el honor a Dios, humillándonos y reconociéndonos tales cual somos, sin vanagloriarnos de nosotros mismos o de nuestros méritos, apoyándonos y descansando tan sólo en la obediencia de Cristo crucificado, la cual es la nuestra propia si creemos en Él.Esta es suficiente para cubrir todas nuestras iniquidades, y darnos confianza, librando la conciencia de temor, asombro y espanto para llegar a Dios, sin hacer como nuestro primer padre Adán, quien, temblando, pretendía cubrirse con hojas de higuera.Pregunta: Luego, ¿No pueden salvarse aquellos que siendo desagradecidos y perseverando en sus pecados no se conviertan a Dios de su maldad?Artículo IX: De la justificación del hombre Estamos considerados justos ante Dios, sólo por el mérito de nuestro Señor y Salvador Jesucristo por la fe, y no por nuestras propias obras o merecimientos.Por tanto, que somos justificados por la fe solamente, es una doctrina más sana, y muy llena de consuelo.Por nuestra respuesta de fe a Cristo, entramos en las bendiciones prometidas en el Evangelio.Juntos confesamos que los pecadores son justificados por la fe en la acción salvadora de Dios en Cristo.
Pintura de Lutero de 1861, descubriendo la doctrina de la Sola fide en Erfurt .