Durante casi treinta años, se produjeron grandes cantidades de monedas con este diseño para satisfacer la demanda comercial, sobre todo porque las máquinas que funcionan con monedas se volvieron cada vez más populares.
Y aunque no sabe cómo se originaron tales monedas, estas han llegado a estar entre las más caras del mundo, una de ellas vendida en 2010 por 3.737.500$.
[1] Esta presentó dificultades durante su vida: el intrincado diseño hacía que las monedas no acuñaran bien.
En el reverso, aparece la requerida corona que rodea la "V" y no otras letras.
Un año más tarde, un patrón de diseño modificado agregó las palabras "In God We Trust" (“En Dios confiamos”) en el reverso.
Folger lo consultó a continuación con el presidente Chester Arthur, quien confirmó su opinión.
Snowden sugirió que debía hacerse una excepción, pero Folger se negó y Barber modificó su diseño en consecuencia.
El diseño revisado fue aprobado y la moneda estaba lista para su acuñación a principios de 1883.
[13] Un cuento conocido es que uno de los autores de este fraude era un hombre llamado Josh Tatum, que entraba en una tienda, elegía un artículo que costaba cinco centavos o menos, pagaba con la moneda bañada en oro y muchos empleados le daban el cambio de 4,95 dólares.
[20] En 1896 y por primera vez desde 1885 se acuñaron cinco modelos, usando de prueba monedas agujereadas.
[23] Ese mismo año, el diseño fue ligeramente modificado, alargando algunas de las hojas del reverso.
[24] La demanda se mantuvo fuerte; en marzo de 1911, el Numismático mensual de Mehl informó que la Casa de la Moneda estaba trabajando veinticuatro horas al día para producir centavos y monedas Liberty Head y, aun así, no pudo satisfacer la demanda.
El 24 de abril de 1906, se eliminó esta restricción, aunque las primeras monedas fabricadas con metales comunes, los centavos, no se acuñaron hasta 1908 en San Francisco y 1911 en Denver.
[28] En 1909 se consideró la idea de reemplazar la Liberty Head por un nuevo diseño.
Los periódicos comunicaban que podrían emitirse monedas nuevas a finales de 1909.
[29] El 4 de mayo de 1911, Eames MacVeagh, hijo del Secretario del Tesoro Franklin MacVeagh, le escribió a su padre: Poco después, el Vicesecretario del Tesoro Abram Andrew anunció que la Casa de la Moneda solicitaría nuevos diseños.
El conocido escultor James Earle Fraser se puso en contacto con oficiales del Tesoro, a los que impresionó con sus propuestas.
El Secretario concluyó que se había hecho todo lo posible para satisfacer a Hobbs Company y ordenó que se iniciase la producción de la nueva moneda de cinco centavos.
[35] Allí desveló que se había preparado un troquel maestro para la moneda Liberty Head de 1913, además de que se había sacado unas pocas tiradas para probarlo.
[36] Cuando se produjo, Brown tenía cinco de estas monedas, las cuales vendió finalmente.
Tras pasar quince años en las manos del excéntrico coronel Edward Howland Robinson Green, el coleccionista más famoso en la zona de Fort Worth (Texas), las monedas acabaron dispersándose en 1943.