Falcata

Se desconoce la manera en que los antiguos llamaban a esta arma, ya que falcata no es el nombre original ibero ni un apelativo utilizado en las fuentes clásicas, sino un término inventado por Fernando Fulgosio en pleno siglo XIX en referencia a la forma de su hoja.

Séneca y Polibio hablan de las espadas nativas ibéricas como machaera o machaera hispaniensis, lo que sugiere que se referían a la falcata debido al indudable parecido y posible relación histórica de esta con la espada griega makhaira.

[2]​ Sin embargo, Polibio también utiliza el término machaera para designar a las espadas rectas usadas por los galos y los propios romanos.

Presenta a veces acanaladuras en el borde no cortante que permiten aligerar el peso del arma, así como decoraciones en damasquinado o ataujía, rellenando las incisiones realizadas previamente en la hoja con hilos de plata.

Sin embargo, la frecuente presencia de contrafilo (el filo del borde contrario al filo principal, que ocupa cerca del tercio más próximo a la punta) en los ejemplares recuperados parece apuntar a que también es posible un uso limitado como arma de estocada.

Falcata del siglo IV a. C., en el Museo Arqueológico Nacional ( Madrid )
Falcata procedente de la Necrópolis de Los Collados ( Almedinilla ). Final del siglo V a. C.- principio del siglo III a. C. Museo Arqueológico Nacional de España.
Empuñadura de la falcata de Almedinilla , siglo IV o III a. C., en el Museo Arqueológico Nacional ( Madrid )
Kopis griego