[3] La banda estaba conformada en ese momento por los hermanos Max (voz y guitarra rítmica) e Igor Cavalera (batería), Paulo Jr.Durante esta etapa, Kisser se hospedó en la casa de los Cavalera y, según Max, su madre «lo adoptó como a un tercer hijo».de Belo Horizonte,[6][7] donde la banda previamente había realizado el EP Bestial Devastation.La grabación se llevó a cabo en una consola de dieciséis pistas y se convirtió en la primera producción a nivel profesional de Cogumelo Records, por lo que el sello «puso todo lo que tenía» para su consecución, según Max Cavalera.[19] Max Cavalera explicó la decisión de publicar esta regrabación: «Schizophrenia llevaba casi 37 años encerrado en un manicomio.El músico también aseguró que la combinación entre death metal y thrash metal presente en el disco se debió a la variedad de influencias: por un lado, los miembros de Sepultura solían escuchar a grupos como Morbid Angel, Celtic Frost, Death y Bathory, mientras que Kisser prefería el sonido de artistas como Ozzy Osbourne, Slayer o Metallica.[24] Temáticamente, Sepultura se alejó las letras típicas del black metal para «explorar sus propias mentes, experiencias y entornos», según Kevin Stewart-Panko de la revista Decibel.[30] La instrumental «Inquisition Symphony» representó una evolución en la composición según Cavalera, pues contiene una mayor cantidad de riffs y una estructura más compleja.[nota 1] Estaba aprendiendo y creo que por eso la primera canción tuvo el título en inglés equivocado».[37] Jeff Podoshen de la web Metal Injection afirmó que Sepultura «aportó unos ritmos y un groove increíblemente originales en cortes como "Escape to Void" y "To The Wall" que hacían mucho más novedosa la experiencia auditiva en ese entonces».[40] Para Max Cavalera, el álbum conforma junto con Bestial Devastation y Morbid Visions «la trilogía del tercer mundo», en referencia a que los tres fueron grabados en Brasil, y lo definió como «el experimento death/thrash definitivo».[26] También confirmó que sin Schizophrenia no hubiera sido posible grabar Beneath the Remains.[42] Por su parte, Podoshen lo caracterizó como «un momento crucial en la evolución y la historia del thrash».[43] La banda finlandesa de metal sinfónico Apocalyptica tituló Inquisition Symphony a su segundo trabajo discográfico en 1998 e incluyó una versión de la canción del mismo nombre como la séptima pista del trabajo.[45][46] Todas las letras fueron escritas por Max Cavalera y Andreas Kisser, excepto donde se indica.
La banda finlandesa de
metal
sinfónico
Apocalyptica
grabó una versión de «Inquisition Symphony» y tituló su segundo álbum de estudio con ese nombre.