El historiador y geógrafo griego Estrabón, en su “Geografía” consideraba que Capri estuvo en un tiempo remoto unida a tierra firme.
Esta hipótesis fue confirmada recientemente, y sustentada por las mismas características geológicas que presenta la isla con la Península Sorrentina, y por hallazgos arqueológicos.
Coexisten en la isla dos centros urbanos diferentes tanto por su separación geográfica como por sus tradiciones y origen étnico: Capri y Anacapri.
Estas diferencias se explican con la natural proximidad de Capri con el mar: La presencia del puerto en efecto ha facilitado los intercambios comerciales y culturales con el Reino de Nápoles y ha determinado, consecuentemente, un mayor desarrollo económico.
Las dos comunidades estuvieron en un eterno conflicto, empeñadas cada una en defender sus propios derechos, exasperadas por la falta de una verdadera autonomía, que los obligaba, a lo largo de los siglos, a aceptar las gravosas pretensiones de los administradores enviados por el continente para controlar la economía local.