Los españoles o españoles en Venezuela , son personas de ascendencia totalmente española o ibérica o aquellos que tienen la ciudadanía española y residen en Venezuela. La mayoría de los españoles en Venezuela están en Venezuela debido a la inmigración española a Venezuela , la Guerra Civil Española , los negocios, las personas relacionadas y otras circunstancias. Sin embargo, la gran ola de españoles se produjo en el siglo XIX, la primera vez que los exiliados españoles llegaron por razones políticas después de la Guerra Civil Española , y la segunda fue la más grande desde fines de la década de 1950. Los años cuarenta y durante toda la década de los cincuenta fueron impulsados por las graves dificultades económicas que experimentó España en esos años. Las últimas cifras registradas por los consulados españoles muestran 207.692 españoles registrados. Pero se estima que la verdadera cifra de inmigrantes es mayor porque muchos españoles no han renovado sus documentos o han perdido su ciudadanía y aún no han decidido recuperarla. [2]
Durante el siglo XIX se habían proyectado en Venezuela diversos planes migratorios que tuvieron poca repercusión a pesar de los esfuerzos realizados con ese fin. La situación cambió sustancialmente a partir de 1936 cuando creció el interés por fomentar la inmigración, tal como lo reconoció el presidente Eleazar López Contreras al plantear la urgente necesidad de poblar el territorio venezolano, para lo cual era necesario el aporte de inmigrantes que pudieran contribuir a la prosperidad del país. Precisamente en ese mismo año estalló la Guerra Civil en España , lo que provocó la emigración de miles de personas que buscaron refugio en las Américas, huyendo de las atrocidades del régimen franquista . Esta fue la primera oleada de inmigrantes españoles cuyas motivaciones para abandonar su tierra fueron políticas. La segunda oleada se registró a partir de 1948 y se debió más bien a problemas económicos por las penurias que atravesaba la población, como consecuencia de la devastación provocada por la Guerra Civil .
Desde 1939, una comunidad cada vez más numerosa de inmigrantes españoles comenzó a ingresar a Venezuela, ocupando inicialmente en la mayoría de los casos empleos de baja calificación, para luego ascender en sus puestos de trabajo, o aventurarse a crear negocios por cuenta propia, muchos de los cuales se convertirían en el transcurso de pocos años en empresas exitosas que han representado un aporte significativo al avance de la economía venezolana . Reconstruir el proceso de inserción de los inmigrantes españoles en Venezuela es el objetivo de este artículo en el que se analizan las políticas de promoción de la inmigración desde la segunda mitad de la década de 1930 y el desarrollo de colonias agrícolas y otras actividades económicas. Finalmente, se hace referencia a una serie de casos representativos de este flujo migratorio que permite esbozar una dimensión significativa de la historia empresarial en Venezuela.
Trágicos acontecimientos sacudieron el panorama europeo en el transcurso de la década de 1930. A la profunda depresión económica se sumó el impetuoso avance de las tendencias totalitarias cuya expresión más clara se encontró en el fascismo y el nazismo . Asimismo, la Unión Soviética estaba en vías de convertirse en una potencia hegemónica en la Europa del Este, y pretendía extender su radio de acción al mundo occidental. Estas corrientes políticas alimentaron y agudizaron las rivalidades y conflictos surgidos en España a raíz de la instauración de la República , un contexto en el que la agitación política fue ganando día tras día más intensidad hasta desembocar en la Guerra Civil que estalló en 1936, al término de la cual entronizó un régimen dictatorial que se mantuvo en el poder durante más de tres décadas.
A la destrucción material como consecuencia del conflicto y a los obstáculos para la reconstrucción de la economía española debido a la Segunda Guerra Mundial, en los años de posguerra se sumó la decisión de las naciones europeas y Estados Unidos de declarar un bloqueo contra esa nación.
que estuvo sometida a la tiranía franquista . La consecuencia fue el agravamiento de la escasez y la miseria, que empujó a miles y miles de españoles a buscar nuevos horizontes para empezar de nuevo sus vidas. En aquella época, América ofrecía muchas posibilidades para aquella población que ansiaba obtener un trabajo productivo y consolidar los lazos familiares.
Mientras tanto, Venezuela se encontraba en plena transición política tras concluir 27 años de dictadura de Juan Vicente Gómez . En medio de ese ambiente en el que se respiraba aire de renovación, comenzaron a diseñarse proyectos encaminados al desarrollo de la agricultura y la industria con vistas a materializar la modernización económica e institucional.
La mayor preocupación de Alberto Adriani, encargado del Ministerio de Agricultura y Ganadería en los primeros meses de 1936 y posteriormente del despacho de Hacienda, estuvo orientada a lograr la expansión de la agricultura y el ingreso de inmigrantes para emprender labores productivas en el país. En ese vasto territorio era necesario contar con una fuerza de trabajo idónea para dedicarse a la agricultura. Un hito importante fue la creación en 1936 de la colonia agrícola Mendoza, ubicada cerca de Ocumare del Tuy ( Miranda ), donde se alojaron al año siguiente alrededor de 30 familias españolas.
Arturo Uslar Pietri calificó el tema de la inmigración como crucial para impulsar la agricultura, que se encontraba en un estado de postración como consecuencia de los efectos de la Gran Depresión y también de deficiencias estructurales originadas en su mayoría por problemas originados en el siglo anterior. En opinión de Uslar, Venezuela tenía una población pequeña en una vasta extensión y, como agravante, carecía de vías de comunicación, su mercado era estrecho y la fuerza de trabajo insuficiente. Por ello, la promoción de la inmigración requería planes precisos para definir la forma en que se atraería a esa población y su progresiva integración a la vida nacional. Una prioridad era la organización de pequeñas explotaciones agrícolas, iniciativa que sería muy útil para la creación de riqueza "permanente" que pudiera sustituir en el futuro el papel central del petróleo. Los programas de inmigración debían formar parte de un vasto plan de transformación de la economía nacional que requería el estudio y selección del tipo de inmigración más adecuado y la elaboración de un inventario de las áreas y tierras aptas para la agricultura, las condiciones del suelo, el clima, los mercados y los posibles cultivos. Otro aspecto de gran relevancia fue el vinculado a la integración de los inmigrantes, para lo cual fue necesario prever su residencia provisional en un hotel, para luego trasladarlos a colonias agrícolas y asegurarles la dotación de aperos, semillas, tierras, alojamiento, asistencia técnica y ayuda crediticia. Todos estos puntos fueron planteados por Arturo Uslar Pietri como parte de su famosa idea de “sembrar petróleo”.
En el marco de los planes trazados a partir de 1936, se produjeron importantes reformas institucionales. El 26 de agosto de 1938 se decretó la fundación del Instituto Técnico de Inmigración y Colonización (ITIC), dirigido entre marzo y julio de 1939 por Arturo Uslar Pietri .
En el decreto de creación del ITIC se indicó que su misión consistía en la implantación de colonias agrícolas mediante la adquisición de tierras de propiedad privada en regiones determinadas . Para ello, el Instituto debía diseñar un plan general de colonización garantizando la máxima eficiencia en la explotación y parcelación de las tierras disponibles, con el objetivo de obtener altos rendimientos teniendo en cuenta las condiciones del suelo, la capacidad de trabajo de las familias allí asentadas y el capital que pudieran poseer u obtener.
En 1937, el Ministerio de Agricultura y Ganadería compró 2.800 hectáreas en el Valle de Chirgua ( Carabobo ) que serían utilizadas para formar una colonia modelo. El sitio tenía una larga tradición, pues había pertenecido a una familia emparentada con Simón Bolívar . Allí existía en la época colonial una finca cañera con trapiche azucarero, que en décadas posteriores fue ocupada por una finca cafetalera. La colonia comenzó con la construcción de 100 casas y la instalación de los servicios básicos correspondientes. En 1938 se realizó la selección de 75 familias suizas y danesas , de las cuales solo arribaron 48 familias de esta última nacionalidad, aunque entre marzo y junio del año siguiente la mayoría de los habitantes de esa procedencia fueron reembarcados a su país de origen. A principios de la década de 1940, en dicha colonia vivían alrededor de 350 personas, agrupadas en 35 familias españolas, 20 venezolanas , 8 danesas , 4 portuguesas y una cubana .
En el estado Portuguesa se estableció en 1939 el barrio Guanare , donde se asentaron en un primer momento inmigrantes de origen portugués , y posteriormente 12 familias españolas. En el estado Táchira se estableció en 1940 la Colonia Rubio con 40 familias españolas y en ese mismo año la colonia La Guayabita en Turmero ( Aragua ), donde se alojaron 7 familias del mismo origen.
En esa época surgió un gran interés por recibir inmigrantes vascos , tomando en consideración que serían profesionales que podrían contribuir al desarrollo venezolano. Una de las voces más contundentes a favor de los vascos fue la de Simón Gonzalo Salas, quien escribió un panfleto en 1938 expresando su apoyo a estos inmigrantes. Consideraba que en ese momento había alrededor de 80.000 vascos exiliados en la Tercera República Francesa que esperaban una autorización para trasladarse a Venezuela . En el panfleto asumía la defensa de los vascos que habían sido descalificados por sus opiniones políticas. Al respecto, manifestaba que no tenían ideas extremistas y que no representarían ninguna amenaza para Venezuela porque eran "huérfanos de su propia Patria", por encontrarse exiliados en Francia después de haber luchado por la causa republicana. Esta posición era compartida por Uslar Pietri, quien también apoyaba las negociaciones para el ingreso de vascos al país.
La legación venezolana en Francia , desde 1938, se ocupó de establecer acuerdos para admitir la entrada de refugiados vascos, sobre todo si estaban vinculados a la construcción. Precisamente, en marzo de 1939 se firmó un acuerdo con el gobierno de Euskadi, exiliado en Francia y controlado por el Partido Nacionalista Vasco , autorizando el traslado de un grupo a Venezuela , cuyos miembros recibirían contratos de trabajo. A mediados de ese año se organizó el viaje de 274 refugiados, entre los que había profesionales universitarios, constructores, diseñadores y delineantes.
A pesar de que el tráfico marítimo sufrió una virtual paralización en los años de la guerra, según datos ministeriales, la inmigración espontánea aumentó un 38% entre 1939 y 1940 y la inmigración "dirigida" registró un aumento del 61% en esos mismos años. Entre los recién llegados en 1940, el 34% estaban formados por agricultores, el 24% por profesiones liberales y el 42% por trabajadores especializados.
La grave situación que atravesaba España a raíz de la Guerra Civil coincidió con una etapa de profundas transformaciones en la sociedad venezolana , una de cuyas expresiones fue la adopción de políticas activas de atracción de población extranjera. De esta manera, la inmigración se convirtió en una estrategia fundamental encaminada a lograr la incorporación de mano de obra y conocimientos técnicos para el progreso de la agricultura y la industria. Asimismo, se preveía la entrada de profesionales y trabajadores especializados que pudieran contribuir al desarrollo de obras de infraestructura y construcción, y también al avance de la educación y la salud. Precisamente, la inmigración “dirigida” o selectiva se nutrió en una primera etapa de los miles de refugiados españoles que intentaban salir de Europa.
La situación cambió en la década siguiente, cuando se puso en práctica la política de "puertas abiertas" para los inmigrantes, que incrementó el número de entradas, principalmente de residentes procedentes de Canarias y Galicia , obligados a abandonar sus tierras por razones económicas. Aunque el mayor porcentaje de este flujo migratorio tendió a permanecer en los centros urbanos, otra proporción significativa se dirigió al interior de la república, donde se establecieron explotaciones agrícolas que supusieron la renovación de los métodos y técnicas de cultivo. Como parte de un proceso más amplio, junto a la actividad agrícola, se desarrolló un moderno sistema comercial de distribución de los productos del campo, que dio lugar a una extensa red que permitió enlazar espacios regionales, antes inconexos, y satisfacer la demanda de alimentos. Mientras el mayor rendimiento de la agricultura y la creciente eficiencia del comercio y los servicios bancarios se complementaban, el mercado interior se iba ampliando, dando lugar a la expansión de la industria, cuya variada producción se sustentaba cada vez más en los avances tecnológicos. Estas dimensiones de la vida económica nacional contaron con la participación laboriosa y perseverante de la inmigración española, desde los peldaños más bajos hasta los puestos más altos.
El desarrollo de estas empresas se enmarcó en el extraordinario dinamismo que había adquirido la economía venezolana gracias al aumento constante de la renta petrolera. Con frecuencia se trataba de empresas familiares, cuya administración quedaba luego en manos de los descendientes, aun cuando en varios casos las empresas fueron absorbidas por grandes y modernas corporaciones, propias de estos tiempos de globalización. [3]
A diciembre de 2014, hay más de 231.833 ciudadanos españoles en Venezuela. [4] La mayoría de los venezolanos en España tienen nacionalidad española . [5]
En Venezuela funcionan un total de 112 centros e instituciones españolas con las que el Ministerio mantiene contacto permanente y que se convierten en colaboradores para acercar nuestros servicios, especialmente a los españoles que viven en las zonas más alejadas de nuestra sede en la capital.
La siguiente tabla indica el número de residentes españoles por estado así como el número de pensionistas de asistencia social.
El número de beneficiarios de la Prestación por Necesidad en la última nómina de 2014 (cuarto trimestre) asciende a 3.214, distribuidos por Comunidades Autónomas: