Tuvo un gran reconocimiento por sus originales creaciones de joyas, botellas de perfume, vasos, candelabros, relojes, etc., dentro del estilo modernista (Art nouveau y Art déco).
Pero también pensó producir estos bellos objetos en grandes series, haciendo su arte accesible a un número creciente de personas.
Estas piezas en grandes tirajes siguen circulando a precios asequibles.
René Lalique no se contentaba con diseñar sus modelos, sino que construyó también una fábrica en Wingen-sur-Moder para producir en grandes cantidades, patentando varios novedosos procesos de fabricación del vidrio y varios efectos técnicos como el satinado Lalique o el vidrio opalescente.
René Lalique fue el primero en esculpir el vidrio para grandes obras monumentales, como las puertas del Hotel Alberto I de París o las fuentes de los Campos Elíseos.