Samantha Power
Durante su labor como asesora presidencial se impusieron duras sanciones a Corea del Norte, intervino en la oposición de la intervención de Rusia en Ucrania y Siria e interfirió en las redes financieras del ISIS.A su regreso a Estados Unidos fue la fundadora y directora del proyecto sobre derechos humanos del Harvard Kennedy School, proyecto que en 1999 se creó como Centro Carr de Derechos Humanos –Carr Center for Human Rights–.[2][5] En 2003 ganó el Premio Pulitzer por su libro A Problem from Hell: America and the Age of Genocide –Un problema del infierno: América y la era del genocidio – publicado en 2002.En sus palabras:[2] En 2004, la revista Time la nombró una de las cien personas más influyentes del mundo ese año.Entre otras propuso medidas para garantizar la libertad religiosa, la prevención del tráfico ilegal de seres humanos.Trabajó por los derechos de personas LGBT, mostrando su condena hacia el gobierno de Uganda por sus leyes punitivas hacia este colectivo, razón por la cual Estados Unidos le impuso sanciones hasta que las leyes fueron derogadas.