Mary Midgley
The Guardian la ha descrito como una filósofa ferozmente combativa y el "principal azote de la "pretensión científica" del Reino Unido".[3] Su padre, hijo de un conocido juez, Sir Thomas Edward Scrutton, era cure en Dulwich y posteriormente chapelán del King's College, Cambridge.Nos encantó y pusimos mucho trabajo en ello, lo que implicaba considerables esfuerzos por ambas partes, se abría la posibilidad de ir a la Universidad a estudiar lenguas clásicas… Había decidido estudiar lenguas clásicas en lugar de inglés – que había sido mi primera opción – porque mi profesora de inglés, dios la bendiga, decía que uno estudiaba literatura inglesa en todo caso, así que mejor estudiar algo distinto.Durante el tiempo que Midgley estuvo en Oxford, muchos de sus colegas varones se alistaron en la Segunda Guerra Mundial.Ello dejó a las estudiantes femeninas en posiciones poco usuales: por primera vez en la historia eran la mayoría del cuerpo estudiantil.Recordando aquella época, Midgley escribe "Creo que esta situación contribuyó al hecho de que Elizabeth [Anscombe] y yo e Iris [Murdoch] y Philippa Foot y Mary Warnock nos hayamos hecho un nombre en la filosofía... Creo que en tiempos ordinarios se perdería la voz de grandes mujeres pensadoras simplemente porque no serían escuchadas.[8][9] Midgley dejó Oxford en 1942 y fue a hacer servicios sociales, puesto que la guerra impedía cualquier trabajo ordinario."[10] En 1949 Midgley fue a la Universidad de Reading, donde dio clase durante cuatro cursos.[13] En 2011 fue la primera ganadora del Philosophy Now Award for Contributions in the Fight Against Stupidity.